Salimos desde el pintoresco barrio de la Monzona donde comienza una pista que nos deja en los corrales de los Almorochos. Ya en el alto y por antiguos bancales de cultivo ahora en desuso, nos adentraremos en una frondosa senda. Deberás estar atento a tu GPS, la ruta serpentea bastante y rodarás en algunos tramos por bancales con hierba muy densa. Tras una espectacular bajada por un senda que corta la ladera de una rambla, cruzaremos el río Rodeche para tomar de nuevo una senda paralela al barranco del mismo nombre, no es muy aérea pero tienes las sensación de estar colgado de sus paredes y pese a los pocos kilómetros recorridos, tus piernas "quemarán" con las cortas pero explosivas subidas. Para darle más emoción un par de rocas en el camino pondrán a prueba tu habilidad sobre la bici. En pocas palabras: enduro puro y duro.
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